miércoles, 5 de septiembre de 2007

Castilla y sus perdedores... (Oda y Requiem)


Para empezar un poquito de Historia (si, con mayúsculas): ¿Que coño es Castilla?, ¿Cuando surge?, ¿Que tiene de especial esta tierra?. Bueno, puede parecer un poco coñazo, pero voy a intentar explicarlo en pocas palabras y casi sin fechitas de esas que sólo sirven de referencia a los historiadores... Castilla -en un principio un condado- era un área geográfica dependiente del Reino de León y repoblada a partir de finales del s. VIII (vamos, que poco después de la invasión musulmana). Sus primeros pobladores fueron cántabros, vascones y foramontanos -gentes de la zona interior de Cantabria seguramente-. Estas gentes se asentaron en la zona norte de Burgos y Palencia y sur de Álava, territorios que en estos momentos formaban la frontera de facto con Al-Andalus. Las gentes que se asentaron aquí desarrollaron un lenguaje romance propio: el castellano y se regían por unas leyes diferenciadas de las leonesas (el Fuero Juzgo romano-visigótico). Estas leyes, atención, estaban basadas en el LIBRE ALBEDRÍO y la tradición, siendo la ley impartida, según la tradición, por los míticos Jueces de Castilla.
Bueno, pues con esto ya tenemos las características principales de los castellanos: su independencia en lo político (aunque dependientes al principio de Oviedo y de León, estas ciudades estaban tan lejos...) y en su forma de pensar, basada en unas leyes no escritas y en sus propios razonamientos. Otra característica importante es que este territorio es tierra de frontera y, claro, hay que defenderla...y ¿que mejor para defender una tierra que hombres libres que saben que esos miseros terrones de tierra que destripan con las manos son suyos?. Pues eso, hombres libres que se defienden como fieras ante cualquier intento de invasión. La última característica que forja el alma castellana y seguramente la definitiva viene marcada por el clima y el recio paisaje: esos espacios abiertos, de horizontes infinitos y de casi imposible defensa han tenido mucho que ver con que esta sea una tierra de hombres que solamente se sometían a Dios y a su rey -y por este orden-. Desde un principio condes y reyes otorgaron privilegios y libertades a cuantos osaban instalarse en estas vastas llanuras calcinadas por el sol en verano y heladas como su puta madre en invierno... y es que ¿quien si no por el privilegio de la libertad hubiera osado instalarse aquí pudiendo hacerlo en las fértiles tierras del Levante o en los verdes valles de clima menos áspero del norte?. Si alguien no entiende esto, que se pase una temporadita sin calefacción en el Páramo de Masa -Burgos- en enero o en Tierra de Pinares -Segovia- en febrero y que luego me diga si no se le endurece hasta el alma.
Bueno, en definitiva: gente libre, luchadora, cabezota (hay que serlo para intentar hacer fertil semejante tierra), que no se deben más que a sí mismos y a los suyos, duros, fuertes, correosos, secos como sarmientos... y todo esto se precipita a partir del 931 d. C. con el conde Fernán González: ya dejan de depender de León, ahora Castilla es un condado independiente (y posteriormente un reino).
En fin, parece que este pueblo, iba camino de ser el pueblo elegido... pero que va: esta tierra no ha tenido más que perdedores, gloriosos si, pero perdedores: no han recibido nada más que hostias y engaños... y esta es la última característica castellana, que se ve aún en los ojos de su gente: el saberse perdedores, olvidados, engañados, estafados... y saber llevar eso con dignidad y grandeza, con una altura moral que les hace vencedores en cada una de sus derrotas...
¿Que el Rey de León destierra a Rodrigo Díaz de Vivar El Cid fuera de Castilla por encarnar todo esto? Pues no pasa nada, Rodrigo, como buen castellano, aprieta los dientes, mira al infinito y se va seguido de sus incondicionales sin hacer ni un ruido... y conquista Valencia con su mesnada ¡con dos cojones!... pero él sabe que es un perdedor, que no podrá volver a Vivar a cazar en su páramo con los halcones.
¿Que hay que hacer comulgar a toda Castilla con ruedas de molino? Pues no pasa nada, que para eso está: y si alguna ciudad se niega a votar en Cortes el servicio que necesita el puto Carlos I para hacerse coronar emperador en Alemania pues se la amenaza o soborna, que para eso los castellanos son idiotas. Eso si, Carlitos, lo que no contabas era con una revolución como la comunera (si, revolución, las rebeliones son de exclavos). Él, que iba dando hostias por toda Europa a poderosos países e incluso a la Iglesia se encontró la horma de su zapato en el corazón de su Imperio: al monarca más poderoso del mundo estuvieron a punto de tumbarle una banda de zapateros, herreros, pellejeros, aguaciles, esquiladores, impresores, pelaires... pero libres, que no se te olvide Carlos. ¿Y al final? pues lo de siempre: promesas, engaños y Padilla, Bravo y Maldonado sin cabeza... derrotados después de haber hecho tambalear el Imperio. Orgullosos, si... pero muertos.
¿Y si Perico ha sido el ciclista que más gente congregaba en la televisión, el que más subía, el más atrevido... por que no ganó más cosas? Pues es evidente: porque era castellano, él lo sabía y no luchaba contra ello... y si el día que sale una crono del Tour llega tarde por quedarse tomando un café con unos amigos pues no pasa nada: disfruta de tu gente, que algo te pasará para que no ganes la carrera, castellano de mierda ( y recuerdo de otra vez que se rompió la clavícula... y tantas otras: ¿fatalidad castellana?).
¿Y si en la famosísima Transición atracan a Castilla y la roban provincias y a nadie se le pasa por la cabeza que sea una región histórica alguien se queja? Pues por supuesto que no, que somos castellanos, coño: mirada perdida en el infinito, puños de tan apretados clavando las uñas en las manos, mandíbula rígida, lágrimas para dentro y a callar, que aquí hay castellanos, hostias. Y un castellano no se queja. Pero tampoco olvida... Ya vendrán las oscuras golondrinas.
Pues eso, que entre mis perdedores es donde me siento bien: alejado de gente que tiene esto o aquello, que sabe esto o lo otro... gente humilde, sencilla. Castellanos. Perdedores. Benditos perdedores.
Alli moriré después de haber cogido una pulmonía cogiendo cangrejos. Y seré feliz. Perdedor, pero contento.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Dice Scott Fitgerald que America es un pueblo de Gatsbys y que no hay segundas oportunidades para ellos, por suerte esto es Costilla komunera, por lo hay hueco para segundones, perdedores, el tonto del pueblo, el cura, el cacique (me refiero al ron) y otros tantos

Por cierto, alguna imagen mas o un dibujito se hubiera agradecido

Cuervo Viejo dijo...

Poco más que añadir a esta sabia entrada: Costilla Comunera, ciertamente, ofrece su amplio regazo a toda la caterva de perdedores y demás parientes. Es la tierra de promisión del hiperboreo, del desterrado, del friki...

Pense añadir alguna imagen más, pero... lo escrito, escrito está.

Máximo dijo...

Hay canciones que dicen mucho: "Hizo el mundo en siete días, extremaydura el octavo, haber que coño salía, y ese día no había jiñado, cagó dios, en Cáceres y Badajoz".

Somos muchos los olvidados.

Anónimo dijo...

seremos perdedores y estaremos olvidados...


pero yo creo q nadie nos gana en felicidad con nuestras cuatro cosas y los colegas...


nuestros pinchines q van y vienen y sin darnos cuenta estamos en pedraza, eso solo pasa en castilla... y hontalbilla

Anónimo dijo...

Grande Pedraza, con mi gente abajito del sol... perdedores, pero llenos de vida!

Anónimo dijo...

los castellanos somos los unicos que perdiendo ganamos, la mistica del quiero y no puedo, del pierdo pero hice todo lo posible, la historia nos tiene reservado un hueco, entre los mas grandes, aunque nacer en esta tierra es como empezar un partido perdiendo por 2 a 0.
castilla necesita voz propia!

para cuando un Castilla y sus vencedores... (haberlos haylos)

Anónimo dijo...

Maxi: tienes razón en todo, lo de Extremadura también tiene su aquel.

Juajo Courchevel: en muchísimas cosas sabes que pensamos igual. Esta es una de ellas.