miércoles, 17 de octubre de 2007

Lista en la isla desierta... (Nada es lo mismo que nihilismo)


Después de un par de semanas ausente del universo bloggero (unos días cerrado por cansancio, otros días cerrado por vagancia, otros por no estar apenas en casa...), vuelvo. Si, lo confieso, sin ganas... pero en algún momento debía actualizar esto... y, que coño, llevo varios días dando vueltas al tema -de tan manido ya ajado y descolorido- de las listas y tenía que pergeñar algo sobre ellas o me volvía loco (listas mientras veía la tele, mientras me duchaba, buf... un infierno).
Considero que el interés enfermizo por ordenar de más a menos, de mejor a peor, de más potente a menos, de... de... de... Es una preocupación muy humana. Demasiado humana. En general, creo que mi opinión sobre el tema es monolítica: me importa una mierda lo ricos que sean Carlos Slim y Amancio Ortega (a ti te estoy hablando Forbes a ti, que nunca sigues mis consejos) o cuales son las diez mujeres más influyentes de la historia de Uganda, los veinte mejores restaurantes con encanto del Valle de Loira... Vamos, que la absurda falsa cultura de las listas me la suda (lo que no quiere decir que de vez en cuando no las mire para ir viendo a que elevados escalones de miseria está llegando la estupidez humana y no quedarme anclado -desactualizado- en un nivel de estupidez inferior al que por derecho le corresponde a nuestra sociedad -postindustrial, postmoderna y postinteligente-).
Creo que la única lista válida, mención aparte de la famosa lista de la compra -que ninguno hace y así nos va cuando vamos al supermercado-, es una lista hedonista, minimal, de mil placeres pequeños, de cosas importantes tal vez sólo para nosotros mismos. Una lista egoista. Una lista de cosas sin las que no puedes ir a ningún lado y con las que realmente tampoco vas a ningún sitio. Naderías. Miel sobre hojuelas. Pipas Facundo. Y quina Santa Catalina (que es medicina y golosina: y eso 50 años antes por lo menos del Frenadol). Y de nada vale que en tú lista digas que pondrías un yate o un piso en La Manga: ¿que harás en tu yate cuando tengas dolor de cabeza, idiota? ¿Tirarte al mar?. Por supuesto las amistades y la familia no entran en la lista. Eso está hay de por sí, sólo es cuestión de tu cuidado y tu cariño para que no se pierdan. Pero son dos elementos demasiado barrocos -incluso rococós, näif, surrealistas y dadá- para que tengan su sitio en una lista minimal.
En mi lista básica de placeres para una isla desierta tendría sitio sin dudarlo:
1-Pacharán (si es Aitor, mejor, pero me conformo con La Navarra).
2-Paracetamol 1 gr.: por lo menos 4 cajas grandes.
3-Cointreau y zumo de piña en proporciones bíblicas.
4-Mahou 5 estrellas y Casera como para un Oktoberfest.
5-Mi música (mía y sólo mía).
6-La bicicleta (mi adorada Gary Fischer).
7-Comida confortable (Bárbara, me encantó tu teoría sobre esto y la meto ahora de cuña a cada paso).
8-Chanclas (mi gran descubrimiento este verano, creo que ya no se vivir sin ellas).
9-Una conexión ADSL libre de virus y que nunca se cuelgue.
10-Libros: todos y de todos los temas. Son mi única riqueza y no doy un paso sin ellos, ni aunque sea para ir a la Isla de los Placeres.
11-Móvil con saldo ilimitado.
12-Brughal o Mathusalem. Con Fanta limón, por supuesto.
13-Encurtidos: se está perdiendo su consumo a favor del asqueroso snack yanki. Mal. Un pueblo que come encurtidos unidos permanece unido. Dame banderillas picantes, ajos con vinagre, pepinillos, altramuces, aceitunas, anchoas y demás variantes. Metete los Doritos por el culo.
14-Eurocopas, eurobaskets, mundiales de fútbol y basket, ciclismo, olimpiadas, mundiales de balonmano, partidos del Atleti, Fórmula 1, partidos del Estu... Y ultimamente estoy descubriendo la belleza del rugby.
15-Películas y documentales (ni que decir tiene que mis películas y documentales).
16-Lucky Strike: ilimitado.
17-Hachís. Papel Smoking plateado.
18-Algún cartoncillo y algo de cristal (para cuando apriete el frío, jejejeje).
19-La digitalix con pilas para siempre.
20-¿Speed?. Un poco por favor: lo justo y necesario.
21-Exposiciones interesantes de verdad.
22-Sol: sin humedad y que no queme la piel.
23-Algún buen concierto.
24-Un poco de playa no está mal... pero como estoy en una isla.
25-Grandes eventos del pueblo: fiestas grandes y chicas, Nochevieja, Semana Tranca.
26-Roma y Amsterdam cada año.
27-Holidays con la gente que más quiero.


Esta es mi lista. Es muy personal pero creo que se parecerá a la de muchos/as. Soy un tipo sencillo. Minimal (¿o no?).

viernes, 5 de octubre de 2007

Con mi gente abajito del Sol... (y de la lluvia). Crónica de un concierto de Los Delinqüentes.


Con los rescoldos aún calientes en hígado, garganta, cabeza y corazón de la borrachera de ayer, surrealista y garrapatera, escribo ésta crónica...
Para empezar diremos que Madrid con lluvia es un caos: en cuanto caen cuatro gotas esta ciudad se vuelve más loca si cabe y deja de funcionar todo. En días de lluvia es cuando se ve meridianamente claro que estamos más cerca de Ougadougou (capital de Burkina Faso) que de una urbe europea.
Podemos continuar diciendo que llegamos tarde al concierto de Los Delinqüentes... gracias a la labor quintacolumnista de Chamoy, que parece que no quería que fuésemos. Por suerte sólo nos perdimos el solo de guitarra de Raimundo Amador y Nubes de pegatina... Por lo demás un concierto muy divertido, un fiestón: hasta arriba, sin parar de bailar, sudados, gente muy enrollada y casi dos horas y media de concierto. La acústica de La Riviera no es para tirar cohetes, pero el concierto se escuchó muy bien (algo tendrá que ver que los de Jerez apenas si usan distorsión) y las colaboraciones estuvieron muy curradas: Raimundo Amador, Bebe, La Excepción, Muchachito y Tomasito. Genial.
Tras el concierto, paseo comentando la jugada por Latina y Bailén y poco a poco nos aproximamos a la casa okupa dónde ahora vive Chamoy: el Patio Maravillas, en la calle Acuerdo, cerca de San Bernardo... En una palabra: IMPRESIONANTE. Se trata de un antiguo colegio con distribución de corrala y muy cuidado, con un bar genial de buen funky, unas cocinas enormes y un montón de actividades: guardería, mesón, taller de bicis y centro de reunión de Bicicrítica (si, los de los paseos en bolas por Cibeles), local de ensayo para grupos, salas de danza, biblioteca, proyecciones de pelis... todo muy currado la verdad. Huelga decir que en su mayoría son unos perroflautas ilustrados y estúpidamente optimistas antropológicos, de esos que creen que se puede cambiar el mundo y salvemos a las ballenas y mierdas de esas. Esto casa muy mal con la idea plautiana del mundo -plagiada luego por Hobbes- que Puto y yo hemos convertido en nuestra (si hombre, lo de "homo homini lupus"), pero bueno, ya se darán cuenta cuando se den tres hostias que NADA se puede cambiar y que lo que hay que hacer es ser lo suficientemente inteligente para saber que este mundo de mierda tiene cosas buenas que hay que disfrutar y que lo malo no lo puedes quitar pero siempre lo puedes rodear. Y si no se dan cuenta pues que se pasen la puta vida pegando carteles. A mi que me esperen en el bar.
En este punto la noche se me empieza a hacer oscura, tengo lagunas: Puto se va, Chamoy y yo bailando funk muy fuera del mundo, fregando el suelo del bar al cierre, un bar por Comendadoras en el que tomamos unos copazos y dónde recibo el sms de marras, todo un clásico este verano (efectivamente, habéis acertado: "vete de aquí, somos amigos y patatín y patatán"). Vale, pues amigos. Cogemos un taxi y nos vamos al Candela, que necesito salir hasta perder el sentido. Pacharán va y viene. Creo que me ofrecieron yeso. Creo que acepté. Creo que Chamoy habló con su amiguita Eurídice y creo que está como una cabra la novia de Orfeo (todo muy de mitos, le encantaría a Robert Graves). Y así, comatoso, llegué a casa. Hoy día libre en el curro. A recuperarse. Esta tarde pasacalles por Malasaña con los de la okupa y luego a el bar de Patio Maravillas por la noche hasta que cierren. ¿Luego Lavapiés?. No se. Navegar.
Mientras escribo esto estoy escuchando un recopilatorio de arias de Pavarotti, bonísimo. Hay dos que se me han clavado, tal vez por las sensaciones de la noche: "Che gelida manina!" en La Boheme (Puccini) y "La donna è mobile" en Rigoletto (Verdi). Que razón tienes compadre Verdi... si te acercas por el Patio Maravillas lo discutimos mientras bailamos funk.

La donna è mobile.
Con mi gente abajito del Sol.

¿Y la Flaca?. Hoy hablé con ella. Ni está ni se la espera. Pero es... en fin. Genio y figura.

Seguimos de buen humor. Rollo empatía cósmica. Que siga. El domingo ganamos al Barça, seguro.

martes, 2 de octubre de 2007

El Calderón de cartón...

Para un atlético siempre es gratificante ir al Vicente Calderón a ver a su equipo... más aún si juega bien y encima gana... Pero lo de este domingo fue de traca: tras no haber dormido apenas del viernes al sábado y pegarme un viaje al pueblo el sábado por la tarde totalmente surrealista para estar presente en el cumple de Puto y Piru (con juerga incluida en San Benito: una especie de rave-romería rural en medio de los pinares de la comarca del Carracillo, donde se refugian aún los últimos homo antecesor), de mañaneo y totalmente muerto vuelta a Madrid, LSD, cañitas y, hala, al fútbol... Lo que puede parecer una locura (a mí me lo pareció en el momento), fue una experiencia deliciosa en la que me harte de reír -amén de ver un fantástico partido con Puto, la persona con la que más me gusta ver deporte junto con Miguel e Insu-. Durante todo el lunes he tenido agujetas en el estómago de tanto reír!.
Creo que hay que repetir la experiencia, aunque doy nuevas ideas: zoo de tripi, cena de postín de tripi o cobachas de la calle Salitre (bueno, aquí mejor no, que con la de freaks que hay corres el riesgo de volverte loco o ganarte una tunda).

Conclusiones de un fin de semana movidito:
-El LSD es genial: hacía por lo menos 3 ó 4 años que no lo cataba... pero sin lugar a dudas la chuza es increíble.
-El partido del Atleti fue increíblemente bueno. Este año creo que vamos a tener alguna alegría.
-El Carracillo... buf, muy fuerte.
-Bravo por Bettini: ganó el mundial de ciclismo a lo grande y -esto es lo mejor- hizo que se humillara el puto McQuaid (presidente de la UCI), que le impuso el maillot arco iris sin que Il Grilo se agachara ni un ápice para facilitar su estúpida labor.
-Alguien te puede sorprender gratamente cuando das todo por perdido.
-Chamoy: la quema simbólica de las efigies caseras del Borbón a la puerta del Tres fue graciosísima (Bravo Trotamúsicos).

Mañana más y mejor.