...sin mucho más que añadir, sólo que me gustan muchísimo desde que descubrí a Sabina con 13 ó 14 añitos... Las tenía olvidadas, pero hoy mi compañero de curro ha metido los discos en mi ordenador y desde entonces las habré escuchado 30 veces por lo menos (a veces soy tan machacón). Pertenecen a su disco Hotel, dulce hotel (1987) las dos primeras y la última al disco Ruleta Rusa (1984).
Besos de JudasNo soporta el dolor, le divierte inventar
que vive lejos, en un raro país,
cuando viaja en sueños lo hace sin mí,
cada vez que se aburre de andar
da un salto mortal.
Cuando el sol fatigado se dedica a manchar
de rosa las macetas de mi balcón
juega conmigo al gato y al ratón,
si le pido “quédate un poco más”
se viste y se va.
Cuanto más le doy ella menos me da
Por eso a veces tengo dudas,
¿no será un tal Judas
el que le enseñó a besar?
Nunca me dice ven, siempre se hace esperar,
de noche como un sueño tarda en venir,
dibuja nubes con saliva y carmín,
cobra caro cada abrazo que da,
no acostumbra a fiar.
Cuando gritos de alarma suenan por la ciudad,
cuando los sabios dicen “no hay solución”
ella pretende que hagamos el amor
en una cama de cristal
a orillas del mar.
Yo que siempre traté de aprender a barajar
los naipes al estilo del triunfador,
ahora me veo jugando de farol
mientras su manga esconde un as,
sale siempre a ganar.
Cuanto más le doy ella menos me da,
por eso necesito ayuda,
aunque sea de Judas…
bésame un poco más.
Amores eternosDesnuda se sentía igual que un pez en el agua,
vestirla era peor que amortajarla;
inocente y perversa como un mundo sin dioses,
alegre y repartida como el pan de los pobres.
No quise retenerla, ¿de qué hubiera servido
deshacer las maletas del olvido?
Pero no sé qué diera por tenerla ahora mismo
mirando por encima de mi hombro lo que escribo.
Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa,
a cambio de sus besos y su prisa;
con ella descubrí que hay amores eternos
que duran lo que dura un corto invierno.
Conservo un beso de carmín que sus labios dejaron
impreso en el espejo del lavabo,
una foto amarilla, un corazón oxidado,
y esta sed del que añora la fuente del pecado.
Antes que la carcoma de la vida cotidiana
acabara durmiendo en nuestra cama,
pagana y arbitraria como un lunes sin clase
se fue de madrugada, no quiso ser de nadie.
Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa,
a cambio de sus besos y su prisa;
con ella descubrí que hay amores eternos
que duran lo que dura un corto invierno.
Eh, Sabina
Como fumo demasiado
mi voz se empieza a quebrar,
sueno tan desafinado:
si-do-re-mi-fa-sol-la,
Vivo del cáncer a un paso
sin hacerles caso a
los que me dicen “eh, Sabina”
ten cuidado con la nicotina.
No me des vitaminas, no,
dame fuego y rock and roll.
Como bebo demasiado
y no me se controlar
del trabajo me han echado
por falta de seriedad.
Que me pongan otro vaso
no pienso hacer caso a
los que me dicen “eh, Sabina”
ten cuidado con el Paternina.
No más vino de quina, no,
dame tinto y rock and roll.
Como salgo demasiado
con chicas a vacilar
me he quedado tan delgado
como un papel de fumar.
Gozando las noches paso
sin hacerles caso a
los que me dicen “eh, Sabina”
ten cuidado con la Josefina.
Leche con aspirinas, no,
dame sexo y rock and roll.
Todos me dicen “eh, Sabina”
ten cuidado con la nicotina,
eh, eh, eh, Sabina,
ten cuidado con el Paternina.
eh, eh, eh, Sabina,
ten cuidado con la Josefina.
Naranjas de la china, no,
dame sexo y rock and roll.
Sin más, espero que os gusten estas letras... a mi me parecen francamente buenas las dos primeras. La última es una declaración de intenciones. Punto.