
Este año de nuevo, como todos desde hace unos cuantos...¡Vuelvo a San Fermín!
La verdad es que estoy encantado con la idea, es uno de los sitios donde mejor lo paso: el ambiente es fenómeno y la compañía ideal para estas lides...el único pero es el lunes siguiente, aunque este año lo he cogido libre, por lo que no me preocupa en absoluto.
¿Y que tienen los Sanfermines para que sean tan especiales? Pues en primer lugar, que son el primer jaleo gordo -pero gordo- del verano y, claro, se pilla con muchas ganas; en segundo lugar -pero no menos importante- hay que señalar que es el hábitat natural de los cuervos: creo que es el único sitio del mundo conocido donde un cuervo juega en casa del principio al final (bueno, también en el Pinchín y el Punkal, pero esos son microclimas y aquí hablamos de todo un ecosistema). Si, aquí un cuervo no se siente extraño, es el amo y señor: no hay ni atascabares, ni yonkis pasados de droga y escasos de cerebro, ni leñeros...bueno, de todo esto hay, pero siempre rindiendo pleitesía al verdadero protagonista de los Sanfermines: el cuervo, en sus dos principales especies (el cuervo de estepa y el cuervo del norte).
Además (y esto en mi persona no es muy común), me encanta la preparación de los Sanfermines, cuidada en general al detalle, algo inusual en unos tipos que hacemos todo a la buena de Dios en lo que a preparativos se refiere: preparar mantas, ropa de sobra, comida común, bebida para todos, las neveras y portaneveras, recopilatorios musicales para el viaje, el tema...todo. Y la espera...similar a la llegada de los Reyes Magos para un niño de 5 años!
Pues eso, que me voy a la Cuervo Party este viernes, que nadie me busque hasta el martes.
Y, además, concierto de La Cabra Mecánica por la cara el sábado 7 ¿qué más puedo pedir?
La verdad es que estoy encantado con la idea, es uno de los sitios donde mejor lo paso: el ambiente es fenómeno y la compañía ideal para estas lides...el único pero es el lunes siguiente, aunque este año lo he cogido libre, por lo que no me preocupa en absoluto.
¿Y que tienen los Sanfermines para que sean tan especiales? Pues en primer lugar, que son el primer jaleo gordo -pero gordo- del verano y, claro, se pilla con muchas ganas; en segundo lugar -pero no menos importante- hay que señalar que es el hábitat natural de los cuervos: creo que es el único sitio del mundo conocido donde un cuervo juega en casa del principio al final (bueno, también en el Pinchín y el Punkal, pero esos son microclimas y aquí hablamos de todo un ecosistema). Si, aquí un cuervo no se siente extraño, es el amo y señor: no hay ni atascabares, ni yonkis pasados de droga y escasos de cerebro, ni leñeros...bueno, de todo esto hay, pero siempre rindiendo pleitesía al verdadero protagonista de los Sanfermines: el cuervo, en sus dos principales especies (el cuervo de estepa y el cuervo del norte).
Además (y esto en mi persona no es muy común), me encanta la preparación de los Sanfermines, cuidada en general al detalle, algo inusual en unos tipos que hacemos todo a la buena de Dios en lo que a preparativos se refiere: preparar mantas, ropa de sobra, comida común, bebida para todos, las neveras y portaneveras, recopilatorios musicales para el viaje, el tema...todo. Y la espera...similar a la llegada de los Reyes Magos para un niño de 5 años!
Pues eso, que me voy a la Cuervo Party este viernes, que nadie me busque hasta el martes.
Y, además, concierto de La Cabra Mecánica por la cara el sábado 7 ¿qué más puedo pedir?
2 comentarios:
Más sabe el cuervo por viejo que por diablo.. Pásatelo muy bien en san fermín abuelo
Cabrón (en el buen sentido, pero cabrón). Nada de beber, nada de correr y nada de desfasar eh? Tú tranquilito y paseando que ya no tienes edad...
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